Con más de 4.5 millones de parados, es una incongruencia y una toma de pelo, aumentar la edad de jubilación a 67 años como quiere hacernos el Gobierno, y mucho más, cuando la causa de este pensionazo, reside en la inoperancia de un gobierno que no quiso ver la crisis que se presentó de forma clara a finales del 2007. Pero la inoperancia del ejecutivo no arranca de ahí, un gobierno responsable y por tanto previsor, no derrocha un superávit de 10.000 millones de euros, ni hace la vista ciega, y más llamándose socialista, cuando las viviendas subían a capricho de promotoras y constructores, incentivados por una banca insensata que sólo buscaba el beneficio a corto plazo. Un gobierno responsable y previsor, hubiera atajado esa “locura” de la construcción ajustando la oferta a la demanda, inspeccionando vía Hacienda el precio de las viviendas, y advirtiendo a través del Banco de España de los riesgos que se exponía la banca, y por consecuente, haciéndoles responsables en exclusiva de una futura desaceleración (crisis realmente) de la economía. No fue así, se dejó fomentar la sensación de que lo único seguro era la compra de viviendas, con lo que llevó aparejado de corrupción urbanística en miembros de la misma administración y la especulación en quiénes promovían y construían.
Un Gobierno responsable y previsor, no sólo no hubiera cerrado los ojos ante esta situación, sino que, cuando la crisis se presentó, no la hubiera negado, sino que le hubiera hecho frente desde el primer momento, no dilapidando el dinero que entonces se tenía guardado del superávit, sino controlando y reduciendo el gasto público, dando ejemplo, comenzando por la supresión de los cientos de asesores del Presidente del Gobierno y continuando, con los cientos también de los distintos ministerios, y con los cientos también, de las diferentes administraciones; congelando, como mínimo el salario, las dietas y el dispendio de libre disposición que tienen sus señorías, sin contar con el resto de “señorías” que se sientan en las cámaras de los parlamentos autonómicos. Si esto se hubiese hecho, no hubiera costado ningún trabajo suprimir o reducir gastos innecesarios en ayudas y subvenciones, tan innecesarios como la creación de “embajadas catalanas” en el extranjero.
Un Gobierno irresponsable, nos ha llevado a una situación de pobreza económica y en vez de tomar medidas eficaces de luchar contra la crisis, dará unas recetas anticrisis, a costa de la clase trabajadora, haciendo trabajar más tiempo a los que trabajan (esto conduce a la alineación del trabajador, así lo decía Marx señores del Gobierno), y sin dar trabajo a los que están parados, que seguirán estando más parados si los que trabajan prolongan su vida laboral, como expresaba el otro día un ciudadano en la calle: yo trabajando con ochenta años, y mi hijo parado en casa con treinta y pico.
El CDS controlará el gasto público, reducirá o suprimirá los gastos superfluos e innecesarios, empezando con los de la clase política si está en disponibilidad de gobernar o de decidir. Acercará el dinero a los generadores de empleo: empresarios y autónomos, impidiendo que las ayudas estatales se retengan en los bancos, dinero que llegará también al ciudadano para hacer frente a sus hipotecas. No se subirán los impuestos, con el fin de que el ciudadano disponga de más dinero para consumir, y se fomentarán todas las ideas que generen puestos de trabajo, apoyándolas y canalizándolas a través de viveros de empresas. Es pues, nuestro primer objetivo acabar con el paro, ya que eso supone no sólo el bienestar del ciudadano sino la salud plena de la economía española.
martes, 16 de marzo de 2010
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